¿Puedo dejar de preguntar?

Esto es más que dolor. 

¿En serio no se podía hacer nada más? 

¿Por que me dijiste como se trataban?

¿No eran solo amigos, no era tu compañero de cuarto?

Te veía dormir, yo no. 

¿Puedo dejar de preguntar, de especular?

Hoy al parecer dejé de tener lo último que me quedaba de ti. 

Tú olor ya lo huelo muy poco. 

¿Me debo de sentir mal por eso?

¿Pudiste preocuparte al menos un poco?

Lo hiciste el día que casi colapsó. 

¿Por qué no lo haces ahora?

Trate de seguir viendo tu nombre en esas hojas, al parecer cambiará por otro. 

Alguien sin existencia. 

Había dejado de llorar por ti, ¿por qué lo vuelvo a hacer?

Dime al menos que seguirás aquí, no sé si tengo mejor amigo, ¿eras tú? 

Mierda, ya se fue. 

No eras tú. 

Aunque sea solo una broma mal contada. 

Toca mi puerta y dime que esto es una broma de mal gusto. 

Odio las bromas. 

Adiós al café los martes. 

Jonathan Jesse